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El rey leproso de Jerusalén (no completo)

Balduino IV conocido como el rey leproso, el santo o el cara de cerdo... quizás ya lo conozcan por la película "el reino de los cielos"

  


Todo empieza en el siglo XII, la Tierra Santa era tanto lugar de peregrinación como de constante conflicto. Tras la Primera Cruzada, los cristianos europeos fundaron el Reino de Jerusalén, un enclave gobernado por francos occidentales, católicos de habla francesa, rodeado por territorios musulmanes. En ese ambiente de tensión, Balduino IV subió al trono en 1174, a la edad de 13 años.



Hijo del rey Amalarico I (en ese entonces conde de Jaffa y Ascalón) y de Inés de Courtenay, Balduino nació en 1161. El padrino de Balduino fue su tío paterno, el rey Balduino III, quien bromeó 
diciendo que su regalo de bautizo era el Reino de Jerusalén. El rey era joven y 
estaba recién casado, lo que hacía que la ascensión al trono de un sobrino 
pareciera algo... poco probable, sin embargo, Balduino III murió sin hijos en 1163.

El Tribunal Supremo obligó a Amalarico a aceptar la anulación de su matrimonio por motivos 
de consanguinidad para ser aceptado como rey. (su primera esposa Inés de Courtenay, era pariente lejana, y pues la ley de la época no permitía a 
un hombre ascender al trono si estaba casado con un pariente) A pesar de que la 
separación de los padres de Balduino podría haberle dejado fuera de la carrera por el trono,
Amalarico logró que sus hijos y los de Inés, (Sybilla y Balduino), fueran declarados 
legítimos a pesar de la anulación. Creció sin madre desde los dos años, ya que 
ella pronto se volvió a casar y solo vio a Balduino en ocasiones públicas, También 
rara vez vio a su hermana, Sybilla, que fue criada en el Convento de San Lázaro por 
su tía abuela "Ioveta". A la edad de seis años Balduino tuvo una madrastra; María 
Comnena, con quien no era muy cercano, ya que era una mujer ambiciosa que, se cree, lo veía como un obstáculo para el futuro de sus propios hijos.

Su infancia transcurrió bajo la tutela de Guillermo de Tiro, fue educado por un clérigo sabio (Un historiador popular que luego sería 
arzobispo de Tiro y canciller del reino) que descubrió, tras un juego entre niños, que Balduino padecía lepra: el joven príncipe no sentía dolor en su brazo. Aunque aún sin diagnóstico oficial, su enfermedad se consideraba una maldición divina enviada 
por Dios para castigar a los pecadores (Algunos padres de la Iglesia relacionaban pecados específicos con enfermedades específicas y la lepra se asociaba con la envidia o avaricia al trono, hipocresía, 
lujuria, malicia, orgullo, simonía y calumnia, entre otros vicios. En fin, la lepra era 
sinónimo de inmoralidad y decadencia ética general). Aun así, su padre aseguró que recibiera una educación noble, aprendiendo historia, teología y habilidades militares, adaptadas a su discapacidad. Aprendió a montar a caballo usando solo las rodillas, con determinación, pasión por la justicia y un amor particular por sus caballos.

Cuando su padre murió de disentería en 1174, el joven Balduino fue coronado rey, aunque bajo la regencia de su tío, Raimundo III de Trípoli. El tribunal supremo sabía del posible diagnóstico de lepra, pero no había sucesores viables: Sybilla era joven e Isabel, aún una niña. Balduino fue aceptado como rey con la idea de que, si su enfermedad lo impedía, Sibila gobernaría con un esposo adecuado. Al cumplir los 15 años, alcanzó la mayoría de edad (que era a los 15 años en el Reino de Jerusalén), y asumió el poder.

Su condición se deterioraba, pero no su voluntad. Participó en campañas militares como la de Damasco, y más notablemente en 1177, lideró a su reducido ejército contra las fuerzas de Saladino en la batalla de Montgisard. A pesar de su fragilidad física y de estar superado en número, Balduino encabezó la ofensiva junto a los templarios, logrando una victoria decisiva que salvó Jerusalén. Se dice que al sentirse incomodo ante las miradas de algunos súbditos por su rostro desfigurado; empezó a ocultar su rostro, pero no se ha confirmado.

Batallas

La campaña contra Damasco (1174–1175)
Saladino se encontraba en campaña en el norte (Alepo), y Balduino aprovechó para lanzar una ofensiva cerca de Damasco. No hubo una gran batalla campal, pero fue una incursión exitosa que presionó a Saladino, además fue su primera experiencia militar activa como rey y mostró su decisión de no dejar el mando pese a su condición.

La incursión al Valle de la Becá (1176)
Saladino estaba combatiendo a la secta de los Asesinos, y Balduino atacó su retaguardia con su aliado Raimundo III de Trípoli

Resultado en otra victoria cruzada; forzaron a Saladino a abandonar su campaña.
Mostrando su estrategia ofensiva y cómo aprovechaba los momentos de debilidad del enemigo. 

Batalla de Montgisard (1177)
La más famosa y gloriosa de su reinado el 25 de noviembre de 1177, Saladino quiso aprovechar que gran parte del ejército cruzado estaba en el norte de Siria y lanzó una invasión al sur del Reino de Jerusalén. Balduino, aunque enfermo y con pocos soldados, se unió a los templarios y enfrentó al enorme ejército de Saladino cerca de Ramla.

Resultando en una victoria aplastante de los cruzados; Saladino apenas escapó con vida, siendo una de las peores derrotas de Saladino. Esta victoria fortaleció enormemente el prestigio de Balduino como líder militar.

La Defensa de Ascalón y Jerusalén (1177)
Durante la campaña de Montgisard, Saladino intentó tomar Ascalón y luego marchar hacia Jerusalén, pero Balduino dirigió la defensa personalmente desde una litera debido a su enfermedad.

Resultando en la contención de la invasión y eventual victoria en Montgisard.

Lazos:

Balduino mantenía una relación cercana con Guillermo de Tiro, a quien consultaba constantemente. En contraste, su lazo con su madre era más político que afectivo, y su vínculo con su hermana Sybilla era tenso. Ella lo despreciaba por su enfermedad y ansiaba su muerte para reinar con su esposo Guido de Lusignan. Balduino, sin embargo, siempre actuó como un rey justo y firme ante la adversidad, guiado por un fuerte sentido de honor, justicia y deber.





 
En fin, Balduino IV fue conocido por su valentía, inteligencia y determinación, a pesar de 
las limitaciones impuestas por su enfermedad. Era un líder carismático que 
inspiraba lealtad en sus súbditos y soldados (y sobre todo amado sin medidas por 
su pueblo). Sin embargo, su condición también le causaba dolores y debilidad, lo 
que afectaba su capacidad para liderar campañas militares. 
 
Durante sus primeros años de reinado, Balduino IV se enfocó en consolidar su 
poder y asegurar las fronteras del reino. También trabajó para mejorar las 
relaciones con los estados musulmanes vecinos y con la Iglesia católica. Sin 
embargo, su enfermedad empeoraba con el tiempo, lo que obligaba a buscar 
soluciones innovadoras para gobernar y defender el reino.

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Presentación.

!Hola, Como están?¡ Es un placer presentarme a todos los que estén interesados en leer esto. Mi nombre es Yeranny Michel Moreta, soy dominicana y he crecido en San Juan desde que tengo memoria. Actualmente, estoy cursando la licenciatura en Ciencias Sociales orientada a la educación secundaria. Además, estoy trabajando en aprender un segundo idioma, lo cual es un desafío emocionante para mí, aunque a veces se me complica. Me encanta sumergirme en las historias fascinantes de personajes antiguos y contemporáneos. Esto me llevó a darme cuenta de que hay figuras históricas que no reciben el reconocimiento que merecen, lo que me inspiró a crear este blog. Cuando no estoy estudiando, disfruto aprendiendo a tocar la armónica, o explorando recetas de cocina antiguas a través de tutoriales en YouTube. No me considero una estudiante con grandes logros, pero trato de vivir de acuerdo con mis principios. Espero que disfrutes de este espacio tanto como yo disfruto creándolo.

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